miércoles, 24 de enero de 2024

Vigo. España 2023



Puerta de sol


 Ya de camino a Vigo, en el bus red express, desayunamos temprano en el hotel, y también salimos con anhelación, como siempre, el taxi ya nos estaba esperando en la recepción y hasta me llevo mi maleta.. llegar con tiempo a la enorme terminal de Campaha es una ventaja grande, podes observar como nunca quisieras viajar con esas enormes maletas que la gente cinchar sin compasión de sus espaldas o rodillas, ya estoy pensando que la próxima maleta sera mas chica aun.

En Vigo tenemos un gran itinerario a cumplir, lo primero sera sacar la tarjeta dorada que nos dará descuentos en los trenes venideros. Desde esta ciudad tenemos planeado ir a Pontevedra, y Cambados, veremos como se presenta el día.

Salimos sin apuro a desayunar en un hotel a la vuelta del nuestro que era más económico y mejor ambiente, mas modesto, ya que en nuestro hotel que era de otra categoría. Pedimos información antes de salir, y nos advirtieron de que para ir al antiguo Castro romano, era una gran cuesta. Pero estamos dispuestos a comprobarlo por nosotros mismos.
Caminamos despacio, y ya se percibía las cuestas, primero teníamos que llegar hasta la Puerta de Sol, que ya lo habíamos hecho muchas veces, también sabíamos que habían cintas eléctricas, que comienzan a funcionar en cuanto las pisas.
Al llegar a la puerta del sol vimos que se divisaba una iglesia y a nosotros nos gustan mucho, también una ocasión para agradecer un nuevo día y dar gracias por los resultados médicos de mi prima.
Luego regresamos hacia la otra cinta electrónica para seguir subiendo, pero nos cruzamos con un matrimonio y no se ni como surgió la pregunta de donde éramos, el señor decirme que de Bilbao, le dije a Vasco, yo también, Astigarraga, no tengo los ocho apellidos, pero algunos hay. Terminamos con una invitación a tomar un café y seguir resolviendo los problemas del mundo. El me recordaba a mi abuelo, mis tíos, esa charla amena, y familiar, me contó de que su esposa tenia 80 y el ya casi, que habían viajado por el mundo, que recordaba el primer beso, no así el primer polvo, me hizo tanta gracia, pero los españoles son asi, no tienen pelos en la lengua hablan con la mayor naturalidad de la vida, sin ser groseros o faltarte el respeto, el tema era estas generaciones nuevas. Se sorprendía mucho de ciertas restricciones que había en La Florida, charlamos de la emigración, de la homosexualidad, pues de todos los temas, me contó la historia de Aguirre, ya que yo también tengo Aguirre en mi árbol genealógico. Su apellido era Altuna Aguirre, nunca me olvidare de ese nombre.



Subimos tres de estas cintas que te ayudan muchísimo a salvar los grandes desniveles de la ciudad, y llegamos a un descanso donde había un grupo de turistas con una guía dando explicaciones, y siempre nos acercamos al disimulo para escuchar algunas historias o explicaciones, y escuchamos nuevamente las advertencias de que eran 25 minutos de un gran repecho, pero también nos percatamos que estaba y haber podido llegar hasta ahí , mas cerca, en un cerro, el fuerte de San Sebastián. Nos dirigimos a paso lento y parando de tanto en tanto para recuperar mi aliento, cuando una vecina, que nos contó que venia a buscar aceite, porque estaba muy caro, pero nos dio aliento diciendo que yo nos faltaba poco. Yo le pregunte como hacia ella para bajar y subir, y nos dijo y si es que bajo… como dando a entender que ya no hace los mandados.
La subida valió la pena ya que las vistas eran increíbles, del fuerte solo quedaban los muros y los puestos del vigila en las esquinas, como un hermoso cruzeiro, que es una columna de cemento con una cruz y una imagen de la virgen en el extremo superior. 
Decidimos no subir al Castro, y comenzamos el regreso ya que eran mas del medio día y queríamos encontrar un lugar para almorzar.

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