martes, 23 de enero de 2024

Oporto, Lisboa 2023

 

Iglesia de las Almas

Luego de el viaje tranquilo, en la estación tomamos un taxi ya que era cerca, con un taxista muy simpatico que nos mostraba algunos lugares, y luego nos sirvió de guia cuando salíamos a caminar.
El Holliday Inn un hotel muy lindo, y el personal muy amable, hablaban español y nos orientó mucho para nuestras salidas mas tarde.
Luego de dejar las maletas y descansar unos minutos, salimos a buscar donde comer algo. Estábamos en la rua santa Cristina, una calle peatonal, llena de tiendas y restaurantes, elegimos el café Bico Dolce, una lamentable elección, pero teníamos hambre.
Luego seguimos más abajo, todo en bajada, y ya calculamos bien que el regreso no seria fácil. Pero encontramos la Iglesia de las Almas, una belleza de arquitectura con los azulejos celestes típicos de Portugal, también anexo a la misma había un santuario para las Almas, donde se encontraban varias personas enterradas, algo muy particular.
Continuamos por esa tan concurrida calle, en busca que un mercado que habíamos visto era muy lindo. Fue una grata sorpresa encontrarnos con este edificio antiguo de varios pisos, totalmente renovado, Una de las plantas daba a una calle y otro piso a otra, algo muy curioso, pero típico de una ciudad con tantos desniveles, otra de las plantas eran oficinas.
localizado los baños como primera medida a mi edad, recorrimos todos los puestos de comidas prontas para llevar o como mercado de verduras. Probamos algunos bocadillos, como croquetas.

El mercado

Curiosidades en las calles
Caminamos rumbo al centro de la ciudad, en busca de la catedral, el centro un poco confuso, pasamos por el costado de la estación de tren más famosa, San Bento, no pudimos entrar ya que las construcciones no te dejaban ver hacia adelante, íbamos como por unos carriles, pero llegamos hasta la catedral, donde había unas vistas muy lindas de la ciudad.

Catedral de Porto


Ese día fue de muchas caminatas y como por momentos muy desorientados debido a el transito tan congestionado y tanta construcción que era difícil orientarse en especial por evitar en lo posible las tantas subidas. Tomamos el metro o subterráneo, y al salir me di cuenta que mi azúcar estaba demasiado baja, no tenia muchas glucosas, así que me sente en la Iglesia mientras Carlos encontraba algo para yo tomar que tuviera azúcar.


Luego de mucho caminar, emprendimos el regreso al hotel, no sin antes pasar por un almacén y comprar algo para cenar.



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