viernes, 12 de octubre de 2018

Toledo 2018



Ya rumbo a Toledo

Amaneció un día muy templado, luego de desayunar, salimos a caminar por los alrededores de Atocha, un barrio bastante antiguo, en el Ministerio de agricultura vimos que hacen unas visitas teatralizadas lo que a nuestro regreso a Madrid me gustaría asistir.

El día de ayer estábamos muy confundidos y cansados, no dábamos pie en bola, o como títere sin cabeza, hay varios refranes que se aplicarían, primer error fue salir sin un rumbo definido, y me guíe por lo que recordaba haber visto en los mapas.

De todas maneras, salió bien el paseo, vimos dos barrios que hemos conocido a través del programa " el punto sobre la historia " y el barrio "Lavapiés " tiene el nombre por encontrarse una fuente y donde se lavaban los pies los judíos antes de entrar en la sinagoga.

También en la zona de Atocha, la antigua estación de tren, desayunamos en un restaurante fundado en 1904, desde ese lugar contemplamos el mundo de personas que circulan, en su mayoría viajantes de los trenes de cercanía, me gusta observar a las personas, con sus prisas o sus actitudes contemplativas, que también como nosotros llegan a la zona por primera vez.

Lamentablemente se ve pobreza y varias personas durmiendo en la calle, algo triste pero común en grandes ciudades, que como esta llega mucha gente de distintos lugares en busca de trabajo.

Ya en Toledo, impresionante a pesar de lo poquito que hemos visto, pero ya sacamos los pasajes para Sevilla, para el día domingo, y más tarde saldremos a recorrer.

El hotel bastante antiguo, pero suficiente para el poco tiempo que estaremos, bien céntrico, el autobús nos dejaba a dos o tres cuadras, y cerca de la plaza principal, Zocodover. Nos pusimos a conversar con un matrimonio Cordobés muy simpáticos, se sorprendieron del descuento que nosotros obtenemos, así que van derecho a tramitarlo, que lindo cuando uno puede aconsejar.


Jornada completa en Toledo

El día comenzó con desayuno en la plaza Zocodover, con mucho movimiento desde temprano, y luego de la noche de luces, parecía que no se moverían a tan temprana hora. Anoche se celebró en el Alcázar y en la plaza del mismo nombre, dos espectáculos alternados, de luces, el del Alcázar eran varias cuadras de fila, para ingresar dentro del castillo, y presenciar una proyección de luces, por lo que se veía desde afuera, eran referentes a la historia del recinto, proyectadas en las paredes, cada 15 minutos se renovaban las personas que podían entrar, y según me informaron el espectáculo duraba unos 15 minutos y seguiría hasta la madrugada, y la fila no mermaba, seguían llegando más personas, parecía mentira que había tanta gente, entre esa fila, más los que estábamos esperando en la plaza, varios miles.

El show que vimos nosotros fue muy hermoso, con luces que se desprendían de 4 columnas como de 2 p 3 metros de altura, con música al unísono, y las mismas daban en las paredes que rodean la plaza, como en todo lo que se le interponía, hermoso ver en los árboles como parecía que subían y bajaban por las ramas y tronco.

El día de hoy fue agotador, pero lo más destacable, fue la Catedral, con audiovisual, impresionante que no atinabas ni a sacar fotos, descomunal y solo pensar que su construcción comenzó en 1226, creo que estuvimos más de una hora, pero valió cada minuto. Ver el cuadro del Greco fue lo máximo.

De ahí seguimos rumbo al barrio judío que era lo que nos faltaba de ayer, nos costo nuestras deliberaciones o ejercicios mentales como decía papá, ya que mi sentido de orientación es muy bueno, pero los dolores de cada músculo de mi cuerpo, hacían que no pudiera pensar con claridad.

Luego visitamos El Taller Moro, un pequeño recinto musulmán, una sola nave, pero bonito de todas maneras. A pocas cuadras la primera sinagoga, del Tránsito, es un museo sefardí, impresionante con muchísimas piezas muy bien conservadas, y con algunos visuales, donde explicaba algunos aspectos de la vida judía, como las bodas, diferentes fiestas religiosas. Hay una frases que vi en un cartel, donde decía para que no se diga que la cultura es cara, algo muy cierto, ya que las entradas a estos lugares son muy económicos, muy yo con mi descuento más aún.

La otra sinagoga que visitamos fue la de Santa María La Blanca, más sencilla, pero de igual un gran legado histórico.

Bueno no me quiero alargar mucho, pero a Cristina que tanto me ha insistido, te agradezco mucho y me acordaba mucho de vos.

De regreso al hotel nos agarró un chaparrón pero ya paro, así que luego de descansar un poco veremos que más se puede ver, ya mañana salimos muy temprano rumbo a Sevilla, lo malo que hay que volver a Atocha, esperar el tren a Sevilla, claro que eso me da para otro cafecito con media luna, o para hacerles algún cuento más, que no les cuento que Carlos hasta en la catedral se pierde. Si así es tratamos de ir por orden para poder escuchar el audio, pero el no se daba cuenta que estábamos en la puerta por la que habíamos entrado, claro que en parte es justificado, ya que la Catedral es tan grande y hay tantos lugares donde detenerse y contemplar tanto arte.




Despidiendo a Toledo

Una mañana de aire fresco, nos despedimos de un hotel con muchas carencias, en realidad el personal, unas muchachas jóvenes que no sabían informarte de nada, pero un punto excelente, desayunamos en la plaza Zocodover y ya a unos metros era la parada del bus para llegar a la estación.

Como siempre tempraneros, llegamos con mucha anticipación, con buen tiempo para las últimas foto que con la luz de la mañana le daba otra mira más romántica a la ciudad y luego a la estación tan hermosa de Toledo.

Ayer cuando ya no quería yo dar un paso más, pero luego de un buen descanso y una cena muy saludable en la habitación, decidimos dar un último paseo, fuimos por varias tiendas admirando el arte damasquino, y las piezas azulejadas. Recordando, que ayer tuvimos la oportunidad que en un taller nos hicieran una demostración de cómo hacen esas piezas tan maravillosas, como van incrustando los hilos de oro 24 y con el arte de un artesano que nos contó que llevaba trabajando en este arte unos 65 años, lo cual me recordaba a Pepe con el orgullo de tener una profesión de tantos años.

Volviendo al paseo de anoche fuimos buscando ver el castillo de Zocodover, pero nos detuvimos en otro mirador, espectacular y vimos la estatua tallada en hierro, de un ciclista toledano, que ganó muchas carreras.

Luego nos sentamos en la plaza a ver el mundo de gente que ya formaba fila para presenciar las luces en el Alcázar al igual que la noche anterior.

No les conté que Carlos entabló conversación anoche con una señora, como no podía ser de otra manera, pues era un matrimonio, el señor se veía complacido de que su mujer hubiera encontrado con quien hablar y el poder disfrutar de las luces, lo cual no podemos decir lo mismo. El tema eran los hijos y las épocas modernas, como ella ha educado a sus hijos varones, muy simpática hasta que decide que las luces eran más importantes y nos despedimos.

Nos hemos cruzado con varios argentinos, ayer dos muchachas, bueno de mi edad, y también un grupo de jóvenes, que uno le hizo un chiste al otro que pidiera un refuerzo de mortadela, y eso fue el pie para Carlos jaja muy simpática la gente, hasta sin preguntar indicaciones te las ofrecen, por esas callecitas angostas y empinadas, que si te equivocas las piernas te reclaman. La gente local que son 8.000 en el casco antiguo, están acostumbrados a informar a los miles y miles de turistas que deambulan por su ciudad. Eso nos paso en una de esas serpenteantes calles, y llegas a donde se dividen y comienza la disyuntiva para que lado será, ya no queres dar un paso extra, y un vecino nos debe haber visto la cara de dolor, y nos pregunto para donde queríamos ir, son los recuerdos mas bonitos de viajar, el intercambio con la gente.


Po mas fotos visitar : Toledo España

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