Luego de varios inconvenientes comenzamos la nueva aventura, primero el taxi cuando llegó a recogernos, se apago el coche y no prendió más, pero como estábamos en la casa de nuestros amigo, de inmediato Franklin se dispuso a llevarnos, y dejamos a la mujer esperando a la grúa, gracias a Dios que pasó en lo de nuestros amigos que si pasa en la carretera hubiera sido fatal.
La recompensa fue que no solo no había gente para pasar por seguridad, sino que no nos revisaron nada, así que pasamos de largo, solo escanean las maletas y nada más.
Cuando llegó la hora de embarcar y llamaron a nuestro grupo, al parecer no es caneaba el boleto de embarque , nos pidieron los pasaportes, pero tampoco escaneaban ellos, así que nos demoraron unos minutos, que aunque no quieras te pone nervioso, el no saber qué está pasando, pero finalmente lo logró y pudimos subir al avión.
Ahora camino a Charlotte a tomar el otro avión que nos llevará a la ciudad amiga de Madrid, que ya es como en casa, al otro día tomaremos el tren hacia Toledo.
Les cuento que tal el hotel, esta vez frente a la estación Atocha. El hotel no estaba pronto, pero nos dejaron pasar al baño y a un salón donde podríamos buscar ropa para cambiarnos y estar mas cómodos. El hotel muy lindo antiguo y amplio, las habitaciones un poco chicas pero de todas maneras muy limpio.
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