viernes, 12 de octubre de 2018

Sevilla 2018



Ya en el tren

Llegamos a la estación Puerta Atocha con una hora de antelación, esa era la conexión que sacamos desde Toledo, tomamos un verdadero café, no lo que hemos tomado el Toledo, acotación necesaria ya que tengo el sabor aún en la boca. Abordamos el tren a Sevilla en el coche 12 el último vagón, pero algo curioso, es un tren silencio, lo cual es muy agradable, casi en penumbras, y nadie mantendrá una conversación en el celular, que son comunes y desagradables.

El recorrido es de una hora y media, así que tendré tiempo para dejar anotadas mis impresiones para luego recordarlas y volver a disfrutar de este viaje.

Cada vez nos convencemos más que esta forma de viajar, con transporte público es lo ideal para nosotros, sin preocupaciones, claro hay otras ventajas que te da el coche, pero esta tranquilidad, y saber que llegaras a tu destino en el tiempo acordado, y disfrutar del paisaje es inmejorable.

La verdad que en Toledo podríamos haber aprovechado dos días más ya que quedan muchas cosas sin ver, pero me doy por satisfecha, ya que lo que vimos lo disfrutamos enormemente, veremos que nos depara Sevilla, llevo mucha ilusión de pedir dos documentos en el archivo de Indias, y también recorrer las exposiciones que tiene en su segundo piso, los documentos se localizan en el edificio contiguo, que se llama La Silla, curioso.

Primer día en Sevilla

Al bajar del tren ya fuimos a comprar los boletos para ir a Málaga, y luego tomamos un taxi, ya que era cerca y la comodidad lo compensa.

La habitación estaba pronta, muy lindo el lugar, limpio luminoso, y en comparación de los dos anteriores, es muchísimo mejor.

Nos cambiamos de ropa, y mismo debajo en un bar nos comimos una paella para dos, y cerveza Carlos yo una coca. Luego caminamos rumbo a la plaza España, algo descomunal, varios edificios gubernamentales en forma de media luna, hacia una fuente que en el centro tiene como una esplanada separada por un río artificial que divide las dos, donde hay botes a remo. Los pasillos azulejados, y representando las diferentes comunidades de España, y los techos en madera tallada. Lleno de turistas de todas las nacionalidades sacando fotos de todos los rincones y ángulos. También se puede ver los carros tirados a caballo, que son parte de las atracciones turísticas.

Desde ahí buscando algo abierto para comprar bebidas y algo más para cena.

Ya en el hotel, descanso breve, y cambiarnos de ropa, luego caminamos hacia el otro lado opuesto, y lo que encontramos es que el ayuntamiento tiene cine al aire libre dentro de un edificio, tipo palacio, en un patio central, que por € 4, trajimos un programa por las dudas. Tomamos un cafecito para cerrar el día.

El día de hoy la meta fija era el Archivo de Indias, así que fue la primera parada, el procedimiento era muy particular como les cuento seguidamente.

Primer hay que pasar por seguridad, luego primer mostrador, que nos dijo ya vendría  un empleado que nos pudiera atender. Yo llevaba de casa la información referente al documento que quería, el primer empleado que nos atendió nos pidió documentos y nos entró en el sistema, me dieron número de usuario y contraseña, luego llamó a otro departamento, en este una joven muy simpática, examinó lo que yo requería y me comunico que pasaría a sala para examinarlo, y seguir el curso correcto.

Para este momento Carlos se fue hacer la cola para entrar al Alcázar ya que habíamos visto la fila larga a las 9 de la mañana.

Esta joven me envió al segundo piso donde ya con mi papel de identificación, me presenté a la sala de investigación, lo cual eso solo me daba una sensación de nervios con susto y con un no me lo creo, la señorita me hizo llenar otro papel, con mi nombre y documento, me asignó a una mesa con computador, y que aguardara a la jefa de sala que me daría las instrucciones. Unos minutos más tarde llegó la joven muy amable, me explico cómo entrar el el sistema con mi documento y contraseña que ya me habían asignado en el primer escritorio, en el sistema debería hacer la solicitud oficial de los legajos, dando las señas de localización, me comunico que en unos minutos me traerían los documentos para yo ver, en papeles originales.

A los 20 minutos llego dicho paquete, lo recogí en el mostrador de la sala, y en mi mesa procedí a desatar el primer lazo, luego se abren unos cartones, para encontrar otro atado de papeles, de unos 50cm de altura, donde yo debía localizar el que me interesaba, eso no fue difícil, ya que estaban por orden de fechas, y yo savia mes y año de dicho documento.

Cuando los encontré los leí brevemente y comprobé que era lo que yo quería, vino la jefa y me mostró cómo llenar un papel angosto primero, con mis datos, y eso lo ponía marcando los papeles deseados, que saliera un poco como para que fuera fácil encontrarlos. Ate los dos paquetes y con otro papel que llene, y después de devolver el paquete, me dirigí al primer piso, el primer empleado que me atendió.

El medio titubeante lleno más documentos en el computador, y al cabo de varios pasos que él daba, me entrego tres papeles más en los cuales tengo que ir al banco y pagar, con eso voy a un banco, pago el importe de €6 y traigo el comprobante a esa oficina, y comienza el trámite, que puede llevar de tres a doce meses.

Lo que me falto contar es que antes de ir a la sala, tuve que dejar mi cartera con todo, en la recepción, ni para ir al baño puedo entrar con eso.

Lo que me queda de positivo es que estuve en ese edificio tan emblemático para mí y lo que me gusta hacer, me voy feliz de haber podido hacerlo.


Finalizado el trámite Sevilla

Temprano después de desayunar, fuimos al banco a pagar por el documento, y seguimos camino a La Cilla, archivo de indias, a entregar el comprobante, pero a las nueve y media el jefe de la sección, el que me tenía que recibir el comprobante, había ido a desayunar y regresaría a las 11, lo que se hereda no se roba, así que de estos funcionarios es que heredamos los empleados públicos de Uruguay, bueno es una broma, así que dejamos el papel y cruzamos al edificio oficial del archivo, algo monumental, nos vimos un audio visual de la historia del archivo y que documentos se guardan, no sólo de famosos, sino también de las personas comunes que se trasladaban a América. Luego seguimos por una exposición de todas las obras que dejaron en América, como puentes, minas, molinos de agua, en fin un sin número de maquetas representando el legado, no sólo se llevaron el oro, pero la otra parte es lo que dejaron cultural, e ingeniería.

Luego en otro salón había una exposición del pintor español Murillo, también otro espacio con Bustos de historiadores de toda América, donde estaba Francisco Bauza, político, escritor y profesor uruguayo ya habíamos visto eso en un vídeo. Infinidad de cuadros de diferentes personalidades de la época colonial, unos baúles de época, en fin todo muy lindo.

Desde ahí seguimos hacia el Guadalquivir y cruzamos unos de sus puentes, rumbo al barrio de Triana, la cuna del flamenco, caminamos un buen rato, luego de un paro por un refresco bien frío, seguíos por esas callecitas angostas y con mucho color, pasando por la Iglesia de Santa Ana, unas cuadras más y paramos nuevamente por una croquetas de merluza, con otra cerveza y refresco.

A esa altura luego de cómo tres horas de caminar, y notando mi azúcar baja, otra escusa para antes de cruzar el puente de Triana, entrar en el mercado de abastos, y en una pastelería artesanal, me comí una tarta de manzanas, deliciosa, y más tarde medio kilo de higos, si eso para llevar al hotel.

Ahora con hielo en el tobillo, reponer fuerzas y ver qué plan para la tarde.

Gracias a mi audiencia, si Uds.si no estuvieran pendientes de nuestro viaje, no sería lo mismo, que es una alegría o una experiencia plena, sino se tiene con quien compartir.




Paseo de la tarde

Esta vez iríamos a la parte justo en frente del hotel, que son los jardines de Murillo, y por cierto es el año dedicado al pintor español, hay muchos edificios relacionados con su vida.

En el paseo de hoy yo tenía un programa que no le embocamos a casi nada de lo que había planeado, queremos tomar una calle que sale justo frente al hotel, y nos llevaría a la Iglesia de la Santa Cruz, pues después de dar muchas vueltas por esas callecitas angostas y serpenteantes, entramos en un lugar que decía la casa de Murillo, fue la penúltima vivienda del pintor, ahí había unos lienzos colgando de una claraboya en un patio central, todo hermosamente cuidado. Luego entramos en un salón donde en un mapa interactivo, te mostraba los diferentes lugares donde tuvieron relación con el pintor, nos dieron un pasaporte, que lo tenes que hacer sellar en cada uno de esos lugares que asistís y se van completando sus páginas.

Y decidí a la salida preguntar dónde estaba la escurridiza iglesia de la Santa Cruz, que me la marcaron como punto histórico en el mapa, y está en todos los mapas consultados por mi, pues la joven se sonrió y confesó, que eso la destruyeron las tropas de Napoleón, fue para que no los encerraran en el ataque, casi me muero, ya que cada edificio que se veía importante yo me preguntaba si era la dicha iglesia.

Luego si seguimos el camino en busca de otra también muy nombrada, la de la Virgen Blanca, casi damos vuelta al no dar con la calle, pero allá la última puerta de la cuadra, entramos y casi no podíamos cerrar la boca del asombre de tan bella obra de arte, el techo sobre todo algo indescriptible cómo podían hacer tantas decoraciones. Siempre que veo algo así me acuerdo de uno de los vídeos que vemos, "una historia de Vasconia" donde dice que cuanto más grande el pecado más grande la ofrenda, o sea la iglesia, ya que los reyes, condes y otros ilustres querían congraciarse con los santos y con Dios, y debían de edificar iglesias deslumbrantes.

Y si porque no otra cerveza para aplacarme ya que me entra un desasosiego cuando que las piernas no me dan más, y que nos perdemos en esos laberintos de calles, y hasta con mapa es difícil.

Bueno terminamos en una pizzería y regresando al hotel a comerla y descansar, sacarse la ropa y poner los pies en alto. Esta vez me puse las medias soporte, pero para eso tengo que ponerme pantalones, lo que es más calor.

Recién regresamos de tomar un helado, el mío sin azúcar era de avellanas, no muy rico, pero era algo fresco. Los barcitos de toda la zona estaban repletos.

Mañana los paseos serán más calmados, queremos andar en tranvía eléctrico, ir hasta el final y regresar, solo eso. Gracias por las respuestas, y si Mario a papá le encantaría escucharme los cuentos, y él me agregaría los datos históricos de todo esto, ya tengo unos cuantos mapas, eso también lo heredé de el.

Ultimo día en Sevilla

En la última mañana de paseos, salimos en busca del Pabellón de Uruguay, luego de varias preguntas y unos caminitos que no estaba claro si era propiedad privada o camino público, y luego de pasar por la embajada del Perú y por el casino, un edificio que parecía una planetario, ya que tenía una bóveda, todo muy bien cuidado, limpio y pintado, aya llegamos al lugar buscado, pero de Uruguay solo el nombre, no se sus orígenes, pero ahora funcionaba un instituto de estudios,

Luego entramos en los jardines de María Luisa, algo no muy cuidado, para mi impresión, es que al ser público son dineros del gobierno, y también a la merced de los miles de personas que cruzan, y no cuidan mucho. Íbamos camino al museo de Arte y costumbres populares, estaba en un edificio mudéjar algo admirable. El museo era gratis y tenía exposición como lo indica el nombre, de oficios, utensilios de uso diario, diferentes cerámicas de los edificios o puentes, de la ciudad.

Nos encontramos con unos uruguayos, los cuales estaban muy apurados, se iban mañana y no les daría el tiempo a visitar todo, de acá irían en auto a Córdoba, Granada y Ronda, para seguir hasta San Sebastián y luego terminar en París, cada día me convenzo más que la forma de viajar nuestra es la mejor para nosotros, tenemos tiempo de pararnos a charlar y conocer más a la gente local o turistas.

Continuamos admirando los diferentes jardines, como el pabellón de la reina, con gladiolos, luego glorietas de Santa Rita, y muchos otras variedades de flores. Terminamos en la plaza de España, que a diferente de el domingo, ahora estaba repleta de vendedores, abanicos, mantillas, y castañuelas.

Hicimos una parada en un barcito en medio del parque muy lindo entre los árboles con unos toldos para el sol, música y unos sillones muy cómodos.

En la tarde tal vez tomemos el tren eléctrico o volveremos a Triana, que nos dicen es donde podemos ver espectáculos de flamenco más de pueblo, pero nos recomiendan regresar en taxi, así que no ha de ser muy seguro. Ahora a descansar las piernas que se me inflaman los tobillos mucho.


Por mas fotos visitar : Sevilla, España

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El año de la pandemia

Y de pronto se cancelaron los sueños, los planes cambiaron de un momento a otro, y hay que adaptarse lo mejor posible, ajustar la vida a una...