sábado, 14 de octubre de 2017

Hondarribia España 2015

 
Vista de la Bahia y monte Urgil

Celebrando el final de las Regatas

Este año es la regata número 120 que se celebra, regatas entre diferentes puertos de la zona, el favorito  hoy era Hondarribia, pero no pudo ser gano Bermeo que es otro puerto para el oeste, que ya iremos a conocerlo más adelante. Nosotros asistimos a la primera carrera, pero para ver bien tienes que pagar así estar más cerca de la costa, y la verdad que por más que el entusiasmo de la gente es contagioso, no nos quedamos a ver las siguientes. Ya teníamos la idea de visitar Hondarribia,  así que fuimos a la Plaza Guipúzcoa y nos paramos en la fila del E21 , pero resulta que Carlos entabló conversación con un señor en la fila, que iba hacia allá, después de esperar el expreso que no llego nos tomamos el local que demora mucho más ya que pasa por todos los pueblos que nos separan de nuestro destino. Este señor era un pescados de Hondarribia que como había tormenta no saldrán hasta pasado mañana, una persona muy simpática que nos hacia la propaganda de su ciudad como una guía turística, nos decía que no fuéramos a los otros pueblos que como el del no había, pues qué razón tenía, a cada paso querías tomar una foto y que no se te borraran las otra miles de imágenes, nos recordaba a Jean-Pie-De Port, con la muralla rodeando la ciudad, la iglesia medieval y un castillo que ahora es un hotel.
Luego de caminar esas callecitas bien empinadas, una y otra más, nos decidimos por uno de los cientos de bares y restaurantes, uno con mesa afuera y sombrilla que serviría de protección para la lluvia que por suerte nos dejó comer tranquilos. Carlos volvió a entablar conversación con un matrimonio que fue como una visita,  más que un almuerzo en restaurante, nos contaron que fueron a Buenos Aires dos veces, ya que tenían familia, la hermana del señor hacia poco que falleció en esa ciudad, que hacía más de 40 años que vivía en América, se fue a casa de unos tíos y nunca más volvió. Conversamos de todo, el es del pueblo de la familia de Mujica, a unas pocas cuadras del caserío de él, que lo llego a conocer cuando Mujica estuvo indagando su genealogía, el mundo es chico o me parece a mí?
Para no hacer el cuento muy largo les digo que luego de un almuerzo estupendo, nos fuimos a caminar por la rambla, algo que te quedas sin aliento, esas subidas y bajadas como también el paisaje y a pesar de la neblina no podía ser más hermoso.
Los dejo por acá ya que Carlos se me termina la sidra de Astigarraga, si al fin, y acompañada de un queso holandés, longaniza de Madrid, y unos Pitillos de Hernani  si son marrones colorados, dijera Lucho, si esto es miseria que siga, como vivirán los pobres...
El día de hoy comenzó lluvioso y frío, así que mientras nos aprontábamos para salir pensábamos cual sería el plan o si había que cambiar los planes iniciales.
Nos abrigamos lo mejor posible, y salimos a esperar el bus 39 en la parada Salamanca en seguida de pasar el puente Kursal, es el que sube al monte Urgil, esperamos un buen rato, y decidimos intentar subir caminando, cuando en la siguiente parada había dos guardia civiles y nos informaron que era solo en fin de semana y eso que los dos leímos el cartel el día antes, claro talvez lo leiamos en euskera, nos dijeron pero que era muy fácil subir, así que emprendimos la cuesta por la misma calle del bus, pensamos era la mejor, ya que el año anterior intentamos por unos caminitos muy pintorescos, pero eran muy angostos y me entro el vértigo, este resultó ser bien angosto para el bus, pero era mejor para las personas, menos mal que no funcionaba el bus, porque ya me imagino yo pidiendo para bajarme en la mitad y que tal si solo hablaban euskera, mejor ni me lo imagino.
Pues bien esta vez tampoco logre subir hasta el castillo, pero de todas maneras me siento satisfecha, vimos parte de las fortificaciones, y la vista es impresionante. Nos dimos vuelta y al tiempo que bajaba un señor bien pinta de vasco, con su perrito foxterrier, parecía un pastor con su oveja en miniatura, y yo que creía que nadie notaria mi retorno, el simpático señor, hace un comentario, tal vez un poco sarcástico, " no lograron subir?" Claro el cómo pastor esto no era nada. Más adelante en un remanso del camino, se puso a jugar con su perrito y la pelota, como medio a esperarnos, para seguir su comentario, no lo sé, pero nos pusimos a charlar, y su esposa también tenía familia en Argentina, el también vio por la tele a Mujica o Muxica, como es el apellido original.
Los temas pasaron por muchos aspectos, nosotros contándole de nuestras andanzas, me aclaro que la escultura " construcción vacía" no es de Chillida, nos contó que no se llevaban bien los dos escultores. También me contó de las costumbres de salir un día o dos con la cuadrilla a tomar sus vinos, y que organizan paseos solo los hombres. Nos aconsejaba como viajar hasta Guernica, que el tiene una casa familiar ahí. 

Subiendo al monte

Una vez más esto se convierte en parte tan importante del viaje, el conversar con la gente, y de eso también comentaba el pastor, de que con tanta tecnología hoy en día la gente no conversa y se está convirtiendo en un mundo de robots, se ve la gente por la calle, con sus celulares y no prestan atención al que pasa por su lado, y eso mismo lo observaba en Madrid, en el tren con una muchacha joven y su hijo de unos dos o tres años, el nene le hablaba y ella ni lo miraba por estar con su celular, y eso fue en todo el recorrido como de 20 minutos de viaje.
Luego de esa caminata, aparecimos en la parte vieja de la ciudad y como mi azúcar me había bajado, paramos a tomar un café, Carlos una caña (cerveza) y unos pintxos, muy ricos  ya más repuestos seguimos, esta vez al reconocimiento de la estación Amarra, donde tomaremos el tren de corta distancia hacia Guernica, que será el miércoles. El motivo también era conocer otra zona de la ciudad, cada rincón es un momento Kodak que amerita una foto, esas cornisas, esos parquecito. Compramos unas uvas y unas peras y nos sentamos en un parque muy bonito, entramos a pedir información en la estación, nos dieron los consabidos mapas, y aunque hay que hacer un transbordo no habrá que esperan mucho como nos habían dicho, así que valió la pena venir a preguntar.
En un momento del camino, igual que me paso en Vitoria, digo " mira qué lindo edificio, y veo que es el correo, que justo era otra parada que teníamos que hacer. 
Luego de cenar un  pollito al espiedo con papas fritas, ahora saldremos por el helado obligatorio, un beso grande a todo

Edificio El Kursal donde se celebra el festival
 

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