viernes, 13 de octubre de 2017

El último día de Girona 2016

Escalera de hierro

Otro día hermoso, recorrimos muchas partes por segunda vez pero muy curioso ya que hay tantos recovecos y aunque no lo planees, terminas en las mismas calles, claro que desde otro punto y otra foto diferente.
Subimos a la Catedral que eran como trescientos escalones, y llegamos a los baños árabes, pero también desde otra callecita y a cuál más linda y más conservada.
Salimos temprano como a las nueve, desayunamos en el mismo lugar con unos cruasanes exquisitos, y nos perdimos en  rumbo hacia la parte vieja, y desembocamos en un puente de hierro muy típico de esta ciudad, que no habíamos dado antes, algo curioso. Las calles son tan angostas, pero igual pasan los autos y te tienes que poner chato contra la pared, cuidando de que el bolso te quede al costado, y te guías por las persianas para saber si estas lo suficientemente chato contra la pared.
Ahora luego de almorzar en el hotel y comerme unos higos que se derriten en la boca, descansaremos un rato y planear la segunda etapa.

Luego de descansar salimos en busca de otros puntos que no habíamos recorrido, cada lugar es una foto, cada puerta antigua le sacaría una foto, por suerte que ya no hay que cambiar el rollo no pensar cuánto te costará el revelado de las fotos. Vimos otros trozos de la muralla, que realmente es grande lo que se conserva. Los grupos de turistas parecía que se habían ido todos, no sé si les comenté que es increíble la cantidad de grupos con guías en todos los idiomas.
Pues dimos vueltas y terminamos siempre en las mismas callecitas, y en esta vez llegamos al primer restaurante que habíamos comido el primer día, donde la dueña una señora no muy joven pero muy simpática y súper ágil, pues nos sentamos a tomar yo un café y Carlos una cerveza con unas croquetas. Al final apareció la doña, nos vino a saludar que memoria, y vino a ver cómo estábamos, pues en la charla le pregunto de dónde era,  no tenía mucho acento español, y no era del Perú, limeña, nos contó su vida y como ha podido darles una buena educación a sus hijos que quedaron en el Perú, pues pasamos un rato agradable con su charla.
Seguimos rumbo al hotel, cuando nos paramos en una zapatería que tenía buenas ofertas para probarme unas sandalias, y en cuanto Carlos le pidió un número menos, nos pregunta de dónde éramos, al responder Uruguay no vuelve a preguntar de dónde, y resultó que ella era de Salto, también años en España y contándonos maravillas de esta ciudad, tranquila.
Bueno regresamos sin sandalias, pero contentos de charlar con alguien que vive acá y te da la otra cara de la moneda.

Ahora en la noche bajaremos otra vez, pero antes iremos a buscar el menú del día al mercado que creo serán canelones de carne, ya los hemos probado y eran muy ricos.


Por mas fotos visitar : Girona España 2016

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