Bermeo con lluvioza.2015

       

No nos podemos detener aunque llueva, así que salimos temprano hasta la estación de tren, tuvimos que esperar una media hora, pero ya arranca el tren, y los paisajes se dejaban ver de repente, y entre los túneles de montaña, pero ibas apreciando el río que se ensanchaba, hasta llegar a lo desembocadura del río Oka, protección ambiental de Urdaibai, era mucha la emoción de ver los lugares de los que he leído y ahora los tengo presente.
Luego de pasar por varios pueblos chicos algunos puertos como Mundaka, hasta llegar a Bermeo, que es el destino del tren. Ya para cuando llegamos se descolgó una lluvia, con el tiempo para cruzar al primer bar, donde comimos un pintxo de huevo y jamón, yo un café y Carlos sigue probando diferentes cervezas.
Un lugar hermoso, el pueblo en si está bien elevado de lo que es el puerto, así que patitas para que te quiero, como dijo Carlitos, "que bajada que subimos" mirando hacia abajo el camino.
Cuando comenzó la lluvia ya casi habíamos visto los lugares más pintorescos e históricos, así que nos fuimos a la estación, que el tren nos esperó ya que salía un unos minutos, el boletero nos ayudó a comprar en la maquina el boleto, y correr al andén.
Ya de regreso en Gernika fuimos a comprar comida para llevar al hotel y el plan era luego visitar el museo Vasco. Como siempre un comentario de Carlos nos acerca a otro matrimonio paseando, que resultaron de Miami, el Vasco y ella Cubana, ni les cuento el rato que estuvimos charlando, hasta que se descuelga la lluvia y nos despedimos, no sin antes recomendarme un libro en una tienditas que aún estaba cerrada.
Y que les puedo decir del museo Vasco ya estamos muertos de cansancio y ya estaba cerrando, claro que con el descuento de jubilados no pesa la entrada. Lo recorrimos medio de apuro, muy lindo un audiovisual muy informativo, luego las maquetas y explicaciones de cómo eran los caseríos y los pueblo, ropa típica y una sección para los deportes, donde incluye algo similar a las palladas que conocemos.
Me gusta porque a los dos nos atrae todo lo que es la vida simple de ese pueblo, las costumbres del campo y la tenacidad de la gente.
Por cierto me olvidaba de contarles que nosotros le recomendamos el museo de La Paz a este matrimonio, y él nos contó que su abuela lo vivió ya que ellos son de esta región, solo que se abuela vivía en un pueblo del otro lado del estuario, y vio los aviones pasar entre las montañas para que no los vieran, tremendo.

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