Jardines de Sabatini |
Fue como llegar a casa, tomamos el tren rumbo a Atocha, una estación hermosa, con un jardín tropical donde una fina lluvia mantiene las plantas de un verde muy hermoso, y da una sensación de frescura.
Al salir a la calle nos impacto el gentío, veníamos de dos años de pandemia,por lo cual no hemos estado entre mucha gente.
El hotel Mediodía, también es una casa amiga, las aventuras son lindas, pero el llegar a lugares conocidos también tiene su encanto.
Dejamos las maletas en la habitación y nos dirigimos al bar de al lado, donde el caos reina, el olor a fritura te invade, donde el mozo te tira los platos, pero que rica es la comida, y las porras o churros el la mañana,te hace sentir que llegaste a España.
En la mesa de al lado, intenté ayudar a un matrimonio americano que no estaban muy seguros de estar en un lugar bien, los convencimos y pidieron algo. Ellos ya venían de un largo viaje, y este era el último destino, antes del regreso a La Florida.
Al otro día nosotros saldríamos en el tren de alta velocidad rumbo a Barcelona, así que fuimos a Atocha a renovar la tarjeta de descuento para jubilados,una gran ventaja.
Mientras esperamos nuestro turno, conversamos con un matrimonio puertorriqueño, y ya les gustó el dato de dicha tarjeta.
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