El pescador Bilbao 2015

                  

Antiguo mercado

Me olvide de contarles algo bien cómico, Carlos estaba sorprendido que no hubiera gente pescando, ya que se veían muchos peses, y el cómo oriundo de Pajas Blancas, era algo inaudito desperdiciar tanto pez. Pues bien cuando estábamos caminando por las terrazas del mercado de la ría, varias personas turistas como nosotros, se detuvieron al ver un señor mayor pescando del otro lado del rio con su perrito al lado, que dulce escena, fotos y más fotos sacábamos los turistas, cuando el perrito ladra y baja corriendo por las escalerillas que se usan para bajar a los barquitos. Pues todos aguantamos la respiración para que el perro no entrara a esa agua marrón, y porque al pescador se le había atascado el anzuelo en alguna piedra. Claro Carlos experto en la pesca de muelle, decía que se fuera a los lados hasta que sacara el anzuelo, pero el anciano no lograba zafar, y el perrito con buen tino ladraba desde el último escalón, se mojaba las patas de adelante, pero ni loco bajaría, que cortara la línea queríamos gritarle. Pues al cabo de unos minutos se amontonaba la gente en las dos riberas y el anciano y su perro eran los más fotografiados que el perro del Guggenheim y nada él no se movía a los lados para intentar zafar.
Pues al rato seguimos recorriendo, luego nos tomamos el refresco y seguimos caminando, hasta que decidimos regresar por el puente de madera, vemos que el perrito no estaba seguramente se cansó, pero el que seguí insistiendo era el anciano, que ya llegamos a pensar que tenía un problema mental,  no sé qué habrá pasado pero que ya el perrito se habría ido a casa, así como los turistas ya no sacaban más fotos.
En la mañana ya prontos desayunados y con tiempo para salir a tomar el autobús que sale cada 15 minutos hacia Vitoria.

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