Un hotel donde ya habían estado Pablo y familia, donde tiene zonas comunes, como una cocina, y un gran comedor, donde puedes cocinarte y también comer en un enorme comedor.
Lamentablemente veníamos encubando una gripe, después de tantas mojaduras, así que Carlos paso el primer día en cama, y luego fuimos a una farmacia para la cual tuvimos que tomar el tren y luego encontrar el shopping indicado. Nos vendieron medicamentos naturales y bien caros, pero era lo mejor que podíamos hacer para que él se sintiera mejor.
Un hotel con una mayoría joven, con un grupo de ciclistas de indonesia, donde nos sorprendió fue como cocinaban desde temprano en la mañana, así como personas de otras nacionalidades donde tenía la ventaja de comer sus comidas acostumbradas. Algunas personas parecían vivir semi permanentes, como esta pareja portuguesa con su nene.
comiendo en el hotel |
Yo fui al mercado, y al regresar veo que lo que imaginamos era verdad, comenzaron a distribuir comestibles, pero balsas grandes, y la gente seguía llegando. Para cuando salimos del hotel, rumbo a una farmacia, veíamos a muchas personas tomando el tren con estas bolsas de comida, y otros que llegaban con sus carritos de mercado. Yo no sé estimar, pero fueron cientos de personas las que pasaron por ese lugar, en el tren podíamos apreciar que eran extranjero, ya que muchos conversaban en otros idiomas, es para analizar, como países ricos se comportan frente a la emigración.
Distribucion de alimentos |
El domingo logramos salir a conocer el centro de esta ciudad tan grande, con una estación de trenes enorme, donde habíamos llegado el primer día. Un día.
hermoso, caminamos mucho por la orilla del rio Limago, en alemán es Limmat.
Ya estábamos un poco agotados de tantas ciudades que recorrimos y estaba pasándonosle la cuenta a estos dos curiosos y deseosos viajeros que va pasando el tiempo y los viajes cuestan más y debemos recapitular la forma de viajar.
Fuente con agua potable |
Estacion central de trenes |
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