lunes, 28 de octubre de 2024

Constanza 2024

 


Llegamos en el FlixBus, nos dejó en la segunda parada que hace en la ciudad, las pocas personas que se barajaron con nosotros pronto desaparecieron, mientras nosotros con nuestros petates, mirábamos perdidos, nosotros ya nos habíamos programado tomaremos un taxi, eso no parecía muy factible, eran carreteras por donde los autos pasaban rápido y no había ningún comercio, como para justificar un taxi pasar. Yo había visto que dos buses que nos dejarían en la calle del hotel, pero no había guardado ningún dato, y veíamos que paraba el bus, pero de qué lado de la cera, en qué sentido tendríamos que ir.

Después de un rato apareció el angel que siempre nos acompaña, una chica que nos explicó cuál era el numero y donde tomarlo.

Hotel antiguo


El edificio del hotel era una belleza, muy conservado, antiguo, la habituación cómoda, solo que demoraron un buen rato en tenerla lista.
Luego de dejar todo, darnos un baño y comer algo, salimos a explorar. Una ciudad con mucha historia, ya que se realizo un concilio ecuménico en 1414-1418, que dio mucho de que hablar hasta nuestros días, era por reformar la iglesia y por legitimar al papa, ya que en muchos lugares reclamaban que tenían al papa
Disfrutamos mucho caminar por el paseo marítimo y ver cuántos ferris cruza el lago constantemente, ya que esta al borde de tres países, Alemania, Suiza y Austria.


El inventor del Zeppelin


Encontramos un restaurante que nos gusta mucho, y es comida japonesa, y cenamos dos noches a la luz de las velas. La ciudad se calme temprano y los comercios cierran, así que ir a cenar a un restaurante era muy agrádele, y luego caminar por las calles semidesértica , y tomar un helado.
Disfrutamos mucho ese lago y ver la cantidad de turistas, que llegan en esos botes, que nosotros mismos tomamos con el bus , para llegar hasta acá.




Pero algo paso que nos hizo ver la fragilidad de el ser humano, y que tan vulnerables somos a lo que nos rodea. Una tarde luego de caminar mucho, nos sentamos a contemplar el lago y toda la actividad a su alrededor, muchos niños jugando, muchos turistas tomando fotos, hasta que una señora mayor acompañada se quito los zapatos, y con mucho cuidado, quería mojarse los pies, lo cual hizo muy despacio y emocionada, su acompañante, le sacaba fotos, así que todos posamos a mirar este deseo cumplido. Al mismo tiempo a su lado un señor mayor, dejo sus mochila en el piso y comenzó a entrar en el agua, me extrañó que en vez de quitarse la ropa, se subía los pantalones que se le caían. Todos sacamos fotos, ya que era una azaña en esas aguas que estarían frías, pero el no se detenía, y daba brazadas, por lo que seguía adentrándose. Yo divise que venia llegando un bote a pedal, de los que se alquila en el lago, con dos muchachas, y le llamé a Carlos porque veía que las jovenes le podían pegar, todos dejaron de sacar fotos en este momentos, cuando vemos que una de ellas entra en el agua para rescatarlo, hasta que la otra se ve forzada hacer lo mismo, ya que el señor no respondía. Ya no era novedoso sino trágico , que frente a tantas personas esta persona decida quitarse la vida. Pronto llegaron ambulancias, policías costeros y de tierra, y al parecer lograron resucitarlo.
Una pareja de personas mayores, que el estuvo sacando fotos también, quedaron muy angustiados y le preguntaba a Carlos si estaba muerto, claro que Carlos le afirmaba que no.
Así fue el pasaje por una ciudad con muchos edificios, sumamente bien conservados, con paisajes hermosos, y una rica historia. De acá a Zürich con mucha expectativa, iríamos en tren, que solo demora una hora.




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